Caminando por el bosque escuchaba el rumor del agua, tan sonoramente relajante; mis pasos iban descuidados por las hojas secas y vagaba sin rumbo alguno entre los arboles que me bautizaban de hojas multicolores a mi paso. Acariciaba las ramas y me abrazaba a sus troncos para sentir la energía que emitían al universo. Si un rayo de Sol se filtraba entre las sombras lo sorbía como un vampiro chupa la sangre de sus víctimas. Me dejé caer sobre las hojas en un despliegue de sensaciones resquebrajantes y rodaba por la montaña envuelta en la maraña de hojas rojas que me rozaban la cara.
El terreno planeaba y me detuvo.
-¿Quién me llama?.
Me alzé del lecho tumular para escuchar las voces.
El agua de nuevo...
En su busca reanudé mis pasos atravesando rápidamente el sendero. Allá estaba el estanque al que se derramaba el arroyo que me cantaba serenatas sensuales.
Imponente y majestuoso iluminado por la luz, toda bebida por la superficie resplandeciente, completamente entregada a las aguas que me llamaban por mi nombre.
Me estremecía un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo y no pude resistir la enorme ola que me sobrepasaba. En trance me sumia y penetré.
Flotando llegue al centro del lago y la lluvia comenzó a caer sobre mi rostro, mi paso por las aguas alejaba el astro y la humedad se hacia patente , mis ropas empapadas me arrastraban al fondo y dejé de respirar para siempre. Ese cuerpo caia y se posó en el fondo para pudrirse lentamente entre las raices y nadie más cantó.

3 Comments:

Blogger Luis Amézaga said...

Una gota en medio del agua lucha por distinguirse. Una gota escucha su voz en ecos hermanos hasta que se disuelve.

7:36 a. m., enero 03, 2006  
Blogger azuldeblasto said...

Bonitas frases, Luis.

Saludos.

10:52 a. m., enero 03, 2006  
Blogger MAGU said...

Pero ... nunca se quedan en el fondo ... siempre afloran (salvo los cuerpos que han sufrido una "balasera") ...

10:54 a. m., enero 03, 2006  

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