Saint Genis des Fontaines

Redoblan los tambores incitando al éxtasis y los cantos de los monjes, monodia medieval, adormecen mis sentidos.
El recuerdo de ese claustro gris en la penumbra se muestra con sus siluetas desgastadas y silenciosas.
Me introduzco en el templo nuevamente para apagar un cirio que ya no me ilumina y la mano invisible muestra el sendero que me conducirá a la morada final.
Mi muerte fué serena, como todas las noches de mi alma. Nadie llorará mi partida. A todos os dejé tiempo ha y sumido en mi celda transcurría el leve dialogo con mi amado.
Los rayos de un nuevo astro sonrien para mi.

R. i. p.