Quien espera, desespera...






Ya florecieron mis orquídeas. Y ahora... ¿qué?... ¿eso era todo?.

Casi cuatro años de espera no compensados.
Parecéis de Can Planisi, la verdad: esa tienda tan surtida en materia plástica.

Vuestros tres tallos rebosantes de flores señorean desde hace mes y medio en mi terraza y vuestra aristocrática presencia ya me resulta inadvertida.
Tras presumir de vosotras ante mis invitados poco resta a mi afán de coleccionista de corolas espectaculares.

Bueno... seamos sinceros: una floración de Passiflora y Jacarandá colmaría esa laguna en mi curriculum.


¿Será cierta la cita del científico?:
-"La felicidad está en la expectativa".

Llueve en Mallorca

Las ideas pican como las pulgas de esa gata perezosa.

Mi mente rebosa y no puedo evitar caer presa de nuevo en esta ratonera.

Mi tiempo escasea y este desliz lo pagaré caro... es más dulce que el primer mordisco al Muffin de chocolate del supermercado El Corte Inglés, mmmm...........................................................

Tiempo de cambios, señores, cambios radicales.


Abandonada la remolonería me siento y acaricio estas teclas para sellar un pacto solemne.

Lucidez profunda.

Borracheras de tinta impresa y deliciosas hora de lectura privada son los vicios más sabrosos.
Sin resacas; sin efectos secundarios indeseados.
Universo impenetrable y libre.