Entramos en la era de Acuario.
Vale.
¿Y a mi qué me importa?.
Por mí como si me meten en el acuario directamente, como a la sirenita de la imagen, entre cristales de colores, mundo onírico multicolor de aguas templadas y acogedoras.

Me gusta recoger mis sentidos y desaparecer del mundo unas horas, cerrar los ojos, silenciar la mente y sentir como mi cuerpo se relaja más y más. La respiración se vuelve imperceptible y siento una inmensa paz interior que nada de este mundo fragoroso puede otorgarme.

Me cuesta acabar de encajar en todo esto, de veras, pero como la mula de la noria : "tiro palante".

Cuando estás de vuelta de todo miras las cosas con demasiado escepticismo. Me hago vieja, claro, y para eso, para envejecer un poquito más voy a celebrar mi cumpleaños con una fiesta loca, como yo. Reiré, contaré mis numerosos chistes verdes mientras mis amigotes se parten de risa y volveré a hacer el ganso: se me dá muy bien hacer de payaso porque lo soy; soplaré las velitas y pediré antes un deseo, que nunca se cumple, naturalmente.

Luego beberé un buen Merlot de Somontano. Noblesse oblige.

¡Viva la bottiglia ! y los buenos amigos, los de verdad.

Mon âme est jalouse d´un bonheur si doux...